Solemos creer que el TDAH es falta de atención. Pero la realidad no es así, la atención involucra percepción y con ello un proceso de selectividad. Es decir, nuestra mente encontrará estímulos que sean más atractivos sobre los cuales se enfocará. Asimismo, podrá profundizar en aquello que le haga un sentido. No es que haya una ausencia como tal, por el contrario, es una atención divergente. Lo cual, permite desarrollar una serie de destrezas y creatividad única. Asimismo, la hiperactividad no es mala, por el contrario. Lo ideal es poder encontrar una actividad que sea de nuestra preferencia que nos permita canalizar todo ello.
Funcionamos mejor cuando podemos hacer actividades en paralelo, cuando comprendemos mejor cómo funciona nuestro cerebro y a partir de ello, respetarlo y hacer una serie de ajustes. Es importante que los entornos sean más amables y menos demandantes, ello nos permite adaptarnos mejor.