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Para muchas personas, el picnic de EITA que se llevó a cabo este domingo 18 fue la primera conmemoración del Día internacional de síndrome de Asperger realizada con espontaneidad. Se trató de una experiencia indudablemente agradable, un punto de encuentro para muchos individuos y familias que tienen la condición como un elemento en común. El éxito de tal evento garantiza su repetición en el futuro.

¿Qué podemos aprender de tan única experiencia? Rescato tres aprendizajes que se vieron muy bien ilustrados en nuestro picnic.

Primero, queda muy clara la importancia de las familias y los apoderados en apoyar a las personas Asperger. No se trata de mera palabrería, como podría ingenuamente pensarse. Una familia con el adecuado conocimiento sobre la CEA (no solo el síndrome de Asperger) se vuelve fundamental para el desarrollo de individuos neurodivergentes; al tener una idea clara de sus limitaciones y de la clase de apoyo que se requerirá, así como por cuánto tiempo. El claro conocimiento y la aceptación del síndrome de Asperger lleva a tomar decisiones que repercutirán en

Segundo, que el esfuerzo para lograr establecer la diversidad es una labor de todo el mundo. Sería arrogante suponer que solo es labor de instituciones como EITA trabajar para los individuos Asperger. Dichas personas tienen una voz y una experiencia vital únicas, las cuales pertenecen solamente a ellas y de las cuales se pueden aprovechar muchas lecciones para aplicarlas en casos posteriores. El objetivo de EITA y organizaciones similares, dado esto, consistirá en facilitar el proceso, en resolver trabas en el camino, pero el triunfo de la neurodiversidad será una labor conjunta, y en dicha labor las voces Asperger y neurodivergentes son centrales.

Tercero, para terminar, algo que vale la pena repetir seguido: no estamos solos. De hecho, somos mucho más de lo que podría parecer a simple vista. Y nos podemos encontrar en cualquier nivel socioeconómico o pertenecer a múltiples subdivisiones dentro de la sociedad. Existimos desde hace mucho antes de que se conociera el síndrome de Asperger. Ahí tenemos uno de los retos más importantes para el futuro cercano, tener más puntos de contacto.

Y así, el picnic representa, en más de una forma, lo que deseamos para nuestro futuro. Un futuro para el cual EITA trabaja continuamente.

Mario Augusto Puga Valera
Activista autista