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Ser conscientes de nuestra propia salud, implica una serie de esfuerzos y variables que muchas veces no estarán dentro de nuestro control. La salud es un continúo que involucra aspectos físicos, psíquicos y sociales que van atravesados por la nutrición. No se trata únicamente de lo qué comemos, sino de cómo nos sentimos cuando lo hacemos, la relación que establecemos con nuestro cuerpo y nuestra propia alimentación.

Como seres humanos estamos dentro de un sistema que influye en estereotipos que pueden ser nocivos. Principalmente, se suele asociar la “delgadez” a la salud, constantemente se promueve estándares irreales o inalcanzables. Todo ello es una forma simbólica y sistemática de violencia que promueve una discriminación.

La salud integral va mucho más allá del tamaño de nuestros cuerpos. El peso no contempla composición, distribución, genética, singularidades e historias. Debemos trabajar desde una mirada respetuosa y de aceptación hacía la diversidad corporal.

La salud no es estandarización ni homogeneización…

Escrito por: Lourdes Lopez / Psicóloga en EITA