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Un joven se toca el pecho con expresión de alivio. Es una ilustración con colores azul y naranja.

¿Podemos decir que el autismo es una «condición»? Sí, si entendemos que el autismo no es una «condición» en el sentido de «condición médica», sino en el de «condición de vida».

Mucha gente privilegia esta palabra según su sentido en inglés, en vez de utilizar el de nuestro idioma. En inglés es común asociar «condición» al _ – – esquema médico; así, la encontramos de modo directo en una de sus acepciones: «una enfermedad o un problema médico que se tiene desde hace mucho tiempo porque no es posible curarlo». En este idioma, la diferencia entre enfermedad y condición puede ser difusa.

En castellano, entretanto, prevalece el significado —en su primera acepción- de «índole, naturaleza o propiedad de las cosas», y «natural, carácter o genio de las personas». Condicio, en latín, significa «situación» en la que convenimos, nos ponemos de acuerdo en “algo”. En inglés la palabra llega a través del francés antiguo; en castellano, evoluciona directamente del latín.

«Condición» subraya, pues, la naturaleza, la expresión del carácter, la inclinación natural de la persona. “Condición de vida” subraya cómo esa naturaleza se actualiza en el conjunto de circunstancias de una vida determinada.

Podríamos emparentarla con el concepto de «forma de vida» (Lebensform, en alemán), que en la filosofía de Wittgenstein se refiere a la totalidad de las prácticas, creencias, valores y comportamientos que caracterizan a un grupo social o cultural. Un contexto de situaciones donde puede desarrollarse la comunicación, el lenguaje y el significado.

Decir que el autismo es una condición (de vida) implica todas las características físicas y psíquicas que hacen que el mundo sea experimentado y construido de una manera particular.