Este 1 de marzo, hemos elegido conmemorar la “cero discrimación”, el rechazo a todo obstáculo para la igualdad de derechos. En el caso de las personas autistas, luchar contra su discriminación requiere trabajar más de lo que usualmente imaginamos.
¿Por qué? Pues, recordémoslo, la discriminación no es solo cuestión de actitudes individuales negativas. No es producto de “malos elementos” en la sociedad. Los obstáculos a la igualdad de derechos de las personas autistas también vienen como estructuras sociales inaccesibles, falta de acomodaciones necesarias e incluso con la percepción generalizada del autismo como una “tragedia” o, en otros casos, como una “actitud” o “capricho”. Ahí es donde debe dirigirse la lucha contra las diversas formas de discriminación hacia nuestra comunidad.
Hemos logrado mucho, empezando por dar a conocer el concepto de “neurodiversidad”. Sin embargo, necesitamos esforzarnos más para contrarrestar toda forma de discriminación sufrida por nuestra comunidad. Solo así, garantizaremos un futuro óptimo para la comunidad autista en nuestro país y el mundo.
Escrito por Mario Augusto Puga Valera