No es secreto que las redes sociales en línea (principalmente, espacios como Facebook e Instagram) nos han ayudado a superar dificultades sociales. Tampoco es secreto que suelen volverse espacios muy nocivos (hablamos desde acoso e invalidación hasta la formación de “turbas virtuales” con el fin de acechar a alguien). Ambas realidades nos han afectado de una u otra manera, y seguirán por un buen rato.
De ahí, podemos preguntarnos: ¿Necesitaremos orientación para el uso de redes sociales en línea? Porque, aunque nos permiten comunicarnos de mejor manera, también pueden ser vehículo para malinterpretaciones. Así como una publicación tiene el potencial de generar empatía, también viene con el riesgo de ser malinterpretada. Sin mencionar los testimonios “en primera persona”, que pueden recibir una tremenda cantidad de amor por parte de la comunidad, pero también un fortísimo rechazo por parte de quienes no consideran el capacitismo un problema real. Nos guste o no, son circunstancias que, muchas veces, superan lo que aprendido empíricamente.
No sería mala idea que las personas autistas pudieran conocer, de forma más especializada, cómo manejar espacios tan volátiles y con tanto potencial como las redes sociales en línea. Valdría la pena tener bien claro la mejor forma de publicar, cómo escribir de la forma más entendible o directa y cómo poder apoyar a quienes ya están en dichos espacios y quieren darse a conocer. ¡Sin dudas, la comunidad autista ya existente en dichos espacios podrá ayudarnos a lograrlo!
Confío en que veremos algo muy positivo en esta área, algo que nos ayudará sobremanera. No resolverá todos nuestros problemas, pero sí nos ayudará a mejorar como sociedad y como seres humanos.
Escrito por: Mario Puga / Activista en EITA