Falta poco para que el año 2017 llegue a su fin. Para muchas personas, definitivamente será un motivo para reunirse con sus familiares y festejar las respectivas fiestas del fin de año. Para otras, un momento lleno de nostalgia y tristeza. Hay quienes logran encontrar un balance entre ambos conjuntos de sensaciones. Eso sí, un elemento pertenece constante para toda persona en este época y lugar: busca encontrarse mejor de cuando empezó el año.
En el caso de quienes somos Asperger y autistas, suele ocurrir lo mismo. Después de todo, dependiendo de cuánto apoyo necesitemos, estamos bajo la misma expectativa, poder sentir que nuestra vida ha mejorado, en vez de encontrarnos peor. Resulta difícil, dadas las circunstancias económicas y sociales, poder tener en claro una respuesta. Muchas veces, definitivamente vemos avances a nivel personal y social; muchas otras, tenemos que conformarnos con lo poco positivo de hayamos logrado. Para quienes sí necesitan más apoyo, queda, además de ello, la incertidumbre si las dificultades podrán ser afrontadas y de si aquellas personas necesarias para tales apoyo estarán disponibles: siempre contamos con que sí, pero hay lugar a imprevistos.
Cuando se acerca el momento de reevaluar cómo ha mejorado nuestra vida frente al año anterior, se nos pondrá un tanto difícil aceptar que muchísimos elementos perjudiciales se encuentran fuera de nuestro control. Sea violencia estructural, prejuicios aún persistentes o el simple temor a vernos en peligro (considerando la violencia contra las mujeres en el Perú, algo que debería preocuparnos mucho), no siempre podemos apreciar lo mejor o lo que hemos logrado. ¿Quién no se ha visto pensando en qué pudo haber hecho mejor dado todo esto, qué decisión se habría adecuado mejor a las circunstancias? Más todavía, ¿quién no ha notado lo fácil que es concluir que nuestros avances valen poco frente a todo lo perjudicial que nos acecha?
No obstante, si tenemos la actitud correcta, podemos notar aquellos avances, por más pequeños que resulten, a lo largo de todo el año. Un simple progreso en algún reto pendiente, una nueva idea llevada a cabo, una persona a la que le hayamos alegrado el día: todo ello cuenta para saber que en algo hemos mejorado. Las personas Asperger y autistas podríamos tener más difícil ver el lado positivo de la vida, considerando las circunstancia en que vivimos en el Perú; no obstante, siempre hay algo. Aun cuando haya elementos positivos en abundancia, en todo lo que va del año, siempre habrá alguno que valdrá la pena rescatar y apreciar por habernos vuelto mejores personas.
Todo esto lo sé por experiencia. He pasado por tales momentos, en que tuve que pensar cuánto he avanzado con respecto al año anterior. Muchas veces, me resultó bastante complicado encontrar algo que hubiese aportado algo a mi vida; más todavía si consideramos las circunstancias antes encontradas. El cambio de actitud, frente a una realidad francamente preocupante, requirió de un esfuerzo para comprender qué elementos de mi vida sí resultaron positivos, así tuviese que rebuscarlos en mayor o menor medida. No es un ejercicio fácil, pero podría volverse uno necesario para preservar optimismo.
Quienes integramos el equipo de EITA también hemos pasado por los mismos momentos, con resultados similares. Cada reto, cada dificultad y cada momento de tristeza no viene sin un momento de satisfacción o alegría. Se vuelve necesario, para seguir como institución en favor de los individuos neurodivergentes, poder entrenarnos para ver todo lo que alcanzamos y evitar dejarnos derrumbar por frustraciones o problemas constantes que escapan a nuestro control.
De esta forma, empezamos el último tramo del año 2017, con el equipo listo para ayudar a quienes requieran de nuestra ayuda y para seguir guiando a las amistades que han confiado en lo que podamos ofrecerles para su realización como personas. De esta forma, estamos seguros de que estaremos en posición de apreciar lo que hemos logrado al terminar el mes y comenzar el año 2018.
Se despide, un joven Asperger limeño. List para pasar el último mes del año con el mayor optimismo posible.
Mario Augusto Puga Valera