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No me resultó fácil escribir sobre Atypical. Por un lado, como persona Asperger, he aprendido a no esperar nada positivo o, si quiera, útil por parte de los medios de entretenimiento. Por otro lado, esta serie de Netflix venía con una novedad: prometía dar una visión más humanizada y certera de lo que significa ser un individuo autista; por lo menos, esa fue la promesa de Robia Rashid. Por tanto ya no se trata solo de una serie de entretenimiento: también pretende aleccionar al público. ¿Consigue su objetivo?

Desde mi conocimiento de mi condición, todavía en proceso, me parece que sí logra tal cometido en múltiples aspectos. Sin embargo, también se notan ciertos fallos, ya reportados por quienes han analizado la serie. Hablemos de ello.

Comencemos por Sam Gardner, protagonista de la historia. Sam tiene bastante en común con nosotros: sobrecargas sensoriales (por ejemplo, suele requerir de audífonos con cancelación de ruido), inflexibilidad en sus rutinas y pensamientos, problemas graves con la comunicación no verbal, así como la fijación en un tema (en su caso, la Antártida y los pingüinos, aspecto fundamental en toda la serie). Por ese lado, empezamos de forma positiva; la imagen de una persona que existe por sí, no para enseñar algo a los neurotípicos ni para servir de inspiración (de hecho, las burlas y la incomprensión son otros aspectos claves de la serie). Sin embargo, queda claro que él está más construido como un “arquetipo”, con fuertes tendencias al estereotipo (Haley Moss lo describe como un “estereotipo”, pero lo encuentro más como un arquetipo). Noel Murray lo señala muy bien cuando indica que el personaje de Sam se siente “escrito”, artificioso, no un elemento vivencial. El espectro autista suele ocurrir con mucho mayores matices y varía considerablemente de persona a persona. Sam, pese a los aciertos, parece reflejar más bien cómo el mundo neurotípico espera que una persona autista de “alto funcionamiento” se vea y pueda ser identificada. No obstante, difícilmente nos encontraríamos a un Sam Gardner en la vida real, por más similitudes se pueden hallar en infinidad de individuos autistas y Asperger.

Debido a lo antes señalado, es inevitable mencionarlo, podrían encontrarse varias implicancias poco afortunadas con respecto a Sam como la “imagen” de un individuo autista. Entre estas, múltiples momentos en que, debido a su literalidad y falta de entendimiento de pistas sociales, se comporta de una manera grosera e hiriente, incluso con actos de violencia. Aquí, debo añadir que esto depende mucho de cómo los espectadores neurotípicos entiendan a Sam y a qué conclusiones lleguen. Eric Deggans lo recalcó muy bien: personajes como Sam sí llegan a simbolizar a toda la comunidad (en el caso de esta producción, deliberadamente); por tanto, se habría agradecido muchísimo haber tenido cuidado con tales implicaciones peligrosas.

¿Cómo estos problemas podrían haberse evitado? De haber contado con propios miembros de la comunidad autista y Asperger en el proceso creativo. Si bien es loable la investigación realizada por Rashid para el show, la ausencia de personas dentro del espectro autista para asesorar y guiar el desenvolvimiento de Sam Gardner como personaje muestra sus efectos, algo que lamentaba el actor Mickey Rowe, de acuerdo con lo reportado por Deegans. Contar con dichas voces propias, las voces de nuestra comunidad, nos habría permitido un personaje más realista y complejo, así como haber disminuido las implicaciones menos favorables.

Pese a lo antes mencionado, como destaca Murray Noel, Atypical definitivamente acertó en lo que respecta a la experiencia familiar. Su familia, padre, madre y hermana, si bien no rechazo, un estrés permanente debido a los efectos de la condición de Sam sobre su entorno. Elsa, la madre, expresa una sobreprotección, producto de un fuerte miedo a situaciones incómodas para su hijo. Doug, el padre, empieza con una grave ignorancia sobre la condición de su hijo, problema que busca superar a lo largo de la serie. En ambos casos, el conjunto de retos y estrés que experimentan los llevan a tomar decisiones bastante ruinosas, de aquellas las que destruyen familias. También se nota tal frustración en Casey, la hermana de Sam, quien no puede evitar sentirse relegada frente a las necesidades especiales de su hermano. Este elemento familiar trae muchísima humanidad a la serie y nos muestra el amplio y conflictivo mundo en que las personas autistas y Asperger nos encontramos inmersos.

Otro aspecto interesantísimo, y ciertamente bastante acertado, corresponde a las psicoterapias que Sam recibe por parte de Julia Sasaki y su rol. Para empezar, agradezco muchísimo que, como parte de una representación más realista de la psicoterapia, se haya abandonado el estereotipo freudiano del diván y las preguntas “profundas” (en particular, para quienes conocemos lo desfasado del paradigma freudiano). Asimismo, el rol de Julia como guía y orientadora no la vuelven menos vulnerable a circunstancias fuera de su control o consecuencias no deseadas de su trabajo. Quienes hemos llevado psicoterapia sabemos muy bien que el personal terapéutico no es perfecto y usualmente necesita aprender más o reafirmar su compromiso frente a dificultades muchas veces inesperadas.

Al igual que el rol de Julia, también fue un acierto dar un espacio al grupo de apoyo para familias con hijos autistas. Aquí podemos apreciar de primera mano muchas limitaciones presentes en dichos grupos, como el uso de la frase “persona con autismo”; también se deja en claro que no se trata de una enfermedad que se deba curar, sino de una condición con la que el individuo transcurrirá el resto de su vida. Sus bienintencionadas limitaciones en el concepto no impiden que se trate de una fuerza positiva para sus familias, otro importante recordatorio de la complejidad humana.

No obstante, pese a estas virtudes y elementos profundos de la serie, no podemos olvidar una limitación fundamental de Atypical, rasgo que comparte con muchas otras producciones sobre la condición del espectro autista y que encontraremos muy frecuentemente. La realidad de Atypical no es nuestra realidad. Pese a muchos elementos en común (el acoso, las burlas, la incomprensión estructural, los intentos fallidos por ayudar), el ámbito suburbano de la clase media estadounidense tiene bastante poco en común con el de quienes habitamos las sobrepobladas y estructuralmente caóticas urbes del Perú. De existir en nuestro país, alguien como Sam Gardner tendría muchos otros desafíos y problemas, algunos solucionables, otros ante los cuales solo quedaría la resignación (basta mencionar la relativa facilidad para conseguir audífonos con cancelación de ruido en los USA, en comparación con la práctica imposibilidad en el Perú).

La serie de TV Atypical es otro gran paso necesario, pero todavía imperfecto, para vernos en los medios de entretenimiento. No es una historia universalmente aplicable, pero sí muestra una realidad menos complaciente con lo que el mundo neurotípico espera de las personas neurodivergentes. Resolver los problemas ya expuestos (la inexistencia de voces autistas en el proceso creativo y la ausencia de sutilezas en el personaje principal) nos permitirá tener un producto con el que nos sentiríamos más identificados, incluso a sabiendas de los contrastes socioculturales.

Mientras tanto, leer el trabajo de expertos y ver documentales sobre la materia continúan siendo los mejores medios para genuinamente aprender cómo es la condición del espectro autista. La industria del entretenimiento sigue (cada vez menos) lejos de poder educar sobre el tema, no obstante sus mejores esfuerzos.

Mario Augusto Puga Valera

Activista autista


Referencias

Deggans, Eric. “Netflix, ABC Portrayals Of Autism Still Fall Short, Critics Say.” Shots: Health News from NPR, 11 ago. 2017, www.npr.org/sections/health-shots/2017/08/11/542668400/netflix-abc-portrayals-of-autism-still-fall-short-critics-say. Recuperado el 21 ago. 2017.

Moss, Haley. “My Autistic Opinion: Atypical is a Stereotypical Representation of Autism.” Huffington Post, 11 ago. 2017, www.huffingtonpost.com/entry/my-autistic-opinion-atypical-is-a-stereotypical-representation_us_598e2e04e4b0ed1f464c0abd. Recuperado el 21 ago. 2017.

Murray, Noel. “My teen son has autism. Here’s what Netflix’s new dramedy Atypical gets wrong.” The Week, 11 ago. 2017, theweek.com/articles/716821/teen-son-autism-heres-what-netflixs-new-dramedy-atypical-gets-wrong. Recuperado 21 ago. 2017.