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Ilustración de una madre abrazando a su hijo varón.

Cada segundo domingo de Mayo, celebramos el día de la madre, pero pocas veces nos detenemos a pensar en las diversas experiencias que existen dentro de la maternidad autista que conviven en una sociedad, que espera que todas las madres se ajusten a un mismo ideal. Ser madre autista es enfrentar una doble exigencia, donde deben responder a las demandas de la maternidad tradicional y, al mismo tiempo, gestionar su rol de mujer.

Es por ello que, en esta fecha, consideramos importante no solo homenajearlas, sino también reconocerlas y también escuchar sus voces, validar sus necesidades y garantizar que tengan el apoyo que se merecen. Porque la maternidad autista no necesita ser corregida ni normalizada, sino celebrada en su autenticidad. Entender que no existe un solo camino para maternar, sino muchos igualmente valiosos, ya que su amor se mide por la autenticidad con la que acompañan a sus hijos en su crecimiento.

A todas las madres autistas, gracias por enseñarnos que el amor de una madre se expresa de formas infinitas, y por demostrarnos que cada madre, tiene el derecho a ser vista, escuchada, valorada y celebrada.

¡Feliz día!

Escrito por: -Julissa Vernal Maggioncalda, Psicóloga de EITA