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Varias personas estuvieron emocionadas con la novedad de Netflix “Atypical”, incluyéndome. Para muchos la tan esperada serie cumplió con sus expectativas, sin embargo, nos deja mucho que desear. Esta serie nos cuenta la historia de Sam, un chico de 18 años Asperger quien busca su independencia y el amor y demuestra cómo su condición impacta en su cotidianeidad. Nos damos cuenta que la serie está llena de estereotipos, cuando debería ser el motor para resolver el verdadero problema. Digamos, es una serie que impone el autismo como “show” y hace que se vea como una curiosidad popular y realmente solo representa una parte del espectro. Hacemos un llamado a la sociedad para que vea a cada persona diferente con múltiples historias, recordar la individualidad de la persona Asperger. Pensar que todos son iguales es socialmente irresponsable.

Mientras la observaba, me sorprendió el efecto de la invisibilidad de mujeres Asperger “Aspienwomen”. Si miran a su alrededor, verán que también existen mujeres Asperger que no las representan en la serie. La situación de mujeres Asperger es un tema reciente, aún queda mucho por investigar. Es un hecho que los hombres y mujeres somos diferentes y en el Asperger no es una excepción. No se puede abordar de la misma manera que con los hombres, por las diferentes características, dificultades, necesidades concretas, comprensión de su sexualidad de manera diferente y rasgos más atenuados que presentan las mujeres. Ellas necesitan mayor protección y al tener esta condición incrementa su vulnerabilidad en la sociedad. Para ello es importante dotarlas con herramientas para que puedan desarrollarse adecuadamente a lo largo de su ciclo vital.

Es difícil imaginar una serie con una temática afectiva como esta, si la condición Asperger no está representada por los protagonistas. No genera sensibilización en la comunidad y en el ámbito científico acerca del diagnóstico, evaluación e intervención de las mujeres. Como diría Sheila Wagner, “las mujeres son afectadas por el autismo de la misma manera que los hombres, sin embargo, son doblemente desafiadas por las expectativas que la sociedad pone en el género femenino”. Sería importante que la serie aborde en otras temporadas, personajes femeninos para que las mujeres que lo vean se pueda identificar. Quizás hace falta mostrar algún contexto donde las mujeresAsperger sean incluidas y sean ellas mismas, lo cual las beneficiaría tanto a ellas como al público expectante para entenderlas más. Por ejemplo, en la sala de espera del consultorio de Julia, Psicóloga de Sam, se podría presentar una escena de mujeres Asperger interactuando. También sería interesante mostrar una amiga de Paige que sea Asperger y que la ayude a entender las conductas comunicativas de Sam para acercarse a él. Son ideas que pueden adaptarse, y se lograría un gran paso como sociedad para un mayor respeto a la neurodiversidad.

Mi mensaje a la comunidad Asperger es que aún queda mucho trabajo e investigación por hacer antes de ser representado por la televisión. Para padres de hijos Asperger esta serie es un gran paso a la aceptación y apoyo de la sociedad, si bien ellos conocen más del diagnóstico y ven reflejadas sus propias experiencias y esperanzas para que su hijo se adapte como Sam; para el espectador promedio que no conoce, puede resultar confuso.

Lorena Luque

Directora del proyecto “Asperger en femenino” de EITA